LEYENDAS DE LA CIUDAD DE RIOBAMBA
Una
parte fundamental de la identidad de una ciudad la constituyen sus mitos y leyendas. Las leyendas ecuatorianas en su mayoría tienen su origen en época de la conquista española.
Nacen
anécdotas y celebres personajes de ese
tiempo que al ser trasmitidos de una a otra persona el ingenio popular
va dejando sus huellas hasta
convertirla en una historia un tanto real y un tanto ficticia.
El descabezado de Riobamba
En
aquellos tiempos de la colonia antigua
Liribamba, paso a llamarse Riobamba,
apenas contaba con algunas casas que se alumbraban con lámparas de aceite y grasa de animales, los vecinos de
entonces estaban enterados de todo lo
que sucedía en sus alrededores, aquellas damas del
señorío riobambeño de alta
alcurnia, se preciaban tener ascendencia
europea y ese estatus las hacían
creer que eran diferentes, pero eso no evito verse inmiscuidas
en sendos comentarios muchas
veces malsanos, exageraciones, chismes,
las noticias se encendían como mecheros de dinamita en boca de estas señoras, dirían los antiguos
riobambeños. Sin embargo desde hacía un
buen tiempo atrás ni estas avezadas
señoras alcanzaron a descifrar un misterio
que estaba amenazado en la nueva
ciudad de Riobamba, era la noticia y el
comentario de todos los días entre los
Riobambeños.
Aquella
vez a eso de las once de la noche
de pronto un rechinar de
herraduras del galope de un caballo
sacudió la tranquilidad de los riobambeños, algún vecino se preguntaría ¿Quién o que podrá
hacer? A tan altas horas de la noche.
Desde
aquella vez los vecinos volvieron a
experimentar una y otra vez al extraño bulto con forma humana que vestía totalmente de negro, cabalgando
sobre un caballo, y tanto jinete como
animal parecían fundirse en la densa obscura de la noche.
A
partir de aquel día ya no sería el mismo para los riobambeños
nadie podía dormir en Paz y en
tranquilidad, el comentario era diverso
y los riobambeños estaban presos
del pánico. Muchos comentaban que sería un alma en pena que había venido del más allá para recoger sus pecados o a su
verdugo, en fin como sea lo cierto es que los tiempos de paz y tranquilidad de los riobambeños ya no eran lo mismo,
aquellas señoras de la alcurnia se acercaban puntuales hasta la catedral de la ciudad con
rosario, crucifijo y biblia en mano para invocar del creador protección frente a ese extraño visitante
y al mismo tiempo para lavar sus
pecados, cualquier cosa podía estar
pasando decían alguna de ellas , los riobambeños debían dormir
con él un ojo abierto y el otro
cerrado.
Cansados
de semejante misterioso jinete, algunos
varones jóvenes de la época habían
decidido vencer sus miedos y secretamente se habían organizado para desvelar
si realmente tan aterrador
visitante, causante del insomnio
de los riobambeños era alguna alguna
alma del más allá h si fuese así querían
saber cuál era su propósito, para ello habían atado una cuerda de lo más
resistente posible, en una de las ventanas y cruzando la calle esperaron con la otra punta de la cuerda con la otra
ventana, hasta que apareció el misterioso
jinete , se escuchó el galopar
de las herraduras del caballo por las empedradas calles de la ciudad, el
cálculo debía ser preciso, pues a falta de iluminación no sería fácil divisar el tiempo exacto a la
hora de templar la cuerda, pero la espera pareció tener su recompensa y los jóvenes lograron tensar la cuerda y en
ese momento el extraño jinete salió disparado por los aires y fue cuando ante tan estruendosa caída los vecinos habían decidido revelar a dicho personaje y venciendo sus miedos se
acercaron con lámparas y antorchas en mano oh sorpresa era nada más y nada menos que el curita de la iglesia de la parroquia de San Luis,
que se había disfrazado colocando un pocho negro encima de un sombrero negro de horma ancha, el motiva había sido que acudía a un encuentro secreto con la hija de unas de la alcurnias de la nueva ciudad de
Riobamba, tal revelación se supo para vergüenza del cura y de dicha familia por la cantidad
de rosas misteriosas que aparecían en la
alcoba de la joven, las mismas rosas que en ese momento yacían despedazadas por
el suelo producto de la caída y la carta de amor firmada y dedicada
con nombre y apellido a aquella jovencita.
El ermitaño de Riobamba
Llamado
también luterano fue un personaje
misterioso que apareció de pronto entre el camino de Guamote y Riobamba. Nadie
conocía su nombre excepto que era un europeo
que había viajado por Huigra e Italia. Vivía en una cueva y subsistía de
la limosna sin pedir en nombre de dios. El Ermitaño poseía un rocín maltrecho que no obstante tenía una rapidez maravillosa. Fue considera
en un comienzo santo por la pobladores hasta que en una fiesta de San Pedro
y San Pablo, en pleno acto de
consagración de las ostias, entro a la
iglesia y se lanzó a despedazarlas y a asesinar al clérigo, pero
fue impedido por los asistentes que le estocaron un sinnúmero de veces. A pesar de las heridas
recibidas no vertió sangre hasta que fue sacado afuera de la iglesia.
Luego de tal sucedido su caballo desapareció
misteriosamente mientras las autoridades españolas ordenaron la incineración del cadáver y que sus cenizas sean sopladas al viento.
La
tradición señala que el ermitaño de
Riobamba era un demonio, de ahí que junto
a su caballo se aparecen en forma
de sombras en ciertas noches por las
llanuras de Riobamba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario